LifeLive Adapt
El futuro inmediato será verde o no será. Europa se ha propuesto pintarse la cara y las manos de color verde, pero no verde esperanza, ni verde esmeralda, ni verde botella, verde de verdad. Verde campo, verde natural, verde limpio, verde verdadero.
Cien días, desde el pasado 1 de noviembre, hasta este mes de febrero de 2020, es el plazo que se ha dado la nueva Comisión Europea para presentar el Pacto Verde Europeo, el “New Green Deal”, el “sello distintivo” de Europa, que impregnará todas y cada una de las políticas comunitarias y, por supuesto, la agraria, en los próximos cinco años…y más allá.
La estrategia “Cero contaminación” exigirá un nuevo amplio enfoque, que abarca el aire, el agua y la contaminación acústica, procedente de todos los sectores, entre ellos el sector agrario.
Tomando velocidad hacia ese objetivo común se ha embarcado el Proyecto LiveLife Adapt, que entre otros aspectos, ha llevado a cabo, tal y como sugiere Europa, la identificación de los actores locales encargados de colaborar en las medidas de adaptación al cambio climático.
Hay un dato revelador que da idea del protagonismo que ha adquirido el ámbito rural ( y por tanto Extremadura), y es que el 50% de ciudadanos europeos vive en zonas rurales, con lo que se demuestra que si el campo se desatiende, se discrimina o se minusvalora, se desequilibra por completo la balanza y se hunde el sistema. El campo es el latir de nuestra economía.
Esta impregnación del color verde, lleva años desplegando recursos y estrategias, con el fin de hacer una transición justa a las nuevas exigencias que se derivan de la emergencia climática. Es en este punto donde se hacen imprescindibles proyectos como LiveLife Adapt, resuelto a ayudar a ganaderos y agricultores que puedan necesitar un “apoyo más personalizado” en la carrera medioambiental y así “ayudarles a llegar a la meta sin dejar a nadie atrás”