Greta no es una marca y sin embargo es tendencia.
Algo parecido sucede con el clima , que además de ser tendencia, constituye a día de hoy, una emergencia.
No es un eslogan más de los que inundan tu bandeja de entrada o tu buzón de correos. Es el nuevo credo social y si me apuran moral, de cara a los tiempos inciertos que ya experimentamos y observamos desde el mullido sofá de nuestra casa.
Sabemos que Greta ha irrumpido en pleno salón de casa para hacernos incómoda la vida minúscula de nuestras cocinas y costumbres. Ella ha sido la vinagreta de la ensalada navideña para disgusto de incrédulos y advenedizos.
Alguien como Greta tenía que venir para empujarte y así dejar de perder el tiempo en los probadores de ZARA. Quizá va siendo hora de salir a comerte el aire que respiras como si fuera el último grito en moda.
Podrás o no reconocerlo, pero Greta te ha sacado de quicio. Te ha puesto frente al espejo de un armario mental lleno de imposturas y perchas de colores. Un perchero ideal repleto de bolsos de piel que ya no son tendencia.
Desde las más altas instancias llevaban avisando del cambio climático, sin demasiado éxito dado el devenir de devastadores incendios e inundaciones. Siempre se inundaba la casa de otros, se quemaban los bosques de Portugal o simplemente arde Australia entera…¡qué más da!
SIEMPRE SUCEDE LEJOS. SIEMPRE LE SUCEDE A OTROS.
Sal de una vez de los pasillos de ZARA; deja tu colección de bolsos de piel para que el medio se complete con sus seres vivitos y coleando por cada pradera y cada prado y cada bosque y cada océano.
No es tendencia hablar del clima como quien se llena la boca hablando del último concierto de EXTREMODURO. Tendencia y Urgencia es hablar del ropaje que hay que cuidar si no queremos llegar en cueros a un apoteósico final, más propio de Blade Runner que de Sonrisas y Lágrimas.
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